Seamos serios…

Me llama la atención el artículo aparecido hoy en el suplemento Negocios de El País: Aprenda jugando y esquive el paro, se llama.

Resulta ser un análisis somero de dos tendencias en tiempo de crisis: por un lado, las organizaciones recortan sus presupuestos de formación y hacen más hincapié en el e-learning (que reduce costes), y por otro los trabajadores aumentan el gasto en cursos para evitar el despido o salir del desempleo. Todo bastante lógico y con un par de cuestiones que tal vez trate en otra entrada, pero mi primera reflexión es sobre el encabezado.

Entiendo que el título está puesto para atraer al ojo del lector, pero teniendo en cuenta que en el cuerpo del texto no se hace ni media mención al aspecto más lúdico que pueda tener el e-learning, no le veo mucho sentido. Y sin ese matiz, encuentro un tanto exasperante esa identificación entre aprender a través del ordenador y el juego. Si hablásemos de formación a través de videojuegos (una de las múltiples posibilidades que se desarrollan en eso que se da en llamar u-learning o aprendizaje ubicuo, y que sin duda es la tendencia que viene) o de formación presencial lúdica tipo serious play, todavía tendría un pase. Pero ese titular refleja una de esas ideas preconcebidas que, me da la sensación, no están basadas simplemente en el desconocimiento, sino que residen también en la cabeza de muchos responsables de cursos online. La mayoría de las plataformas rebosan de botoncitos llamativos, mascotas sonrientes y autoevaluaciones planteadas en forma de sopa de letras.

Con lo bien que queda un interfaz limpio, un uso intensivo de las posibilidades multimedia que no se limite a leer y apretar botones, y en general un diseño que no parezca pensada para escolares de Primaria… ¿por qué alimentamos la creencia de que «aprender con el ordenador es como jugar»? Aprender «con el ordenador» puede ser más fácil, más completo o tener más posibilidades en ciertos casos -y menos en otros-, y desde luego puede ser divertido, pero no más que otros tipos de formación.

Yo puedo hacer chistes, organizar juegos y montar pasatiempos cuando doy un curso presencial, pero no por eso defiendo que enseño jugando. Enseño con los métodos que más se ajustan a cada caso, que es exactamente lo que ocurre con cualquier acción formativa bien hecha, sea e-learning o no. Tendré que investigar si Moodle tiene alguna plantilla con motivos fúnebres, para compensar.

2 comentarios en “Seamos serios…

  1. No he leído el artículo, pero por lo que dices, la cosa tiene miga. Al periodista le interesaba vender su artículo y buscó un titular con \»gancho\» que, como dices, luego se parece en el interior lo que un huevo a una castaña.No podemos negar que el periodista ha conseguido que se lea su artículo, si bien de una forma bastante poco profesional. Personalmente, el e-learning se me hace aburrido, por aquello de la soledad de la \»clase\», pero claro es útil si no hay posibilidad de desplazarse. Ahora de su posible utilidad a que sea un jueguecito y con ello driblas el paro. Pues va ha ser que no.Un saludo.

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  2. Hola, epampliega;Gracias por tu comentario. Creo que con tus dos últimas frases condensas todo lo que he querido decir en esta entrada.En cuanto a que se haga aburrido, tienes razón, pero tiene más que ver con los ejemplos de e-learning que estamos acostumbrados a ver. El e-learning no es e-reading y se basa en la interactividad real, no en leer un texto en la pantalla pulsando botones para pasar páginas; pero hasta que la gente se dé cuenta y empiece a demandar que se aprovechen las posibilidades de Internet como es debido, mal vamos…¡Saludos!

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