Clases a domicilio… desde casa

Escuchando 5.0 en Radio Nacional me he enterado de la existencia de Webicampus.com, un portal que se dedica a ofrecer aulas virtuales para impartir clases online en tiempo real. Es decir, no es una plataforma de teleformación al uso, sino que se basa en la comunicación sincrónica (a través de texto, audio o vídeo) y permite a un profesor impartir sus lecciones a uno o varios alumnos a la vez sin necesidad de contar con un lugar físico donde reunirse. Quizá el mayor inconveniente para los alumnos es no tener garantías de que un profesor sea realmente competente en la materia que imparte (algo que podría solucionarse en buena parte con, por ejemplo, un sistema de votaciones tipo eBay), pero la idea es muy buena.

Esto viene a incidir en algo que ya he ido dejando caer en otras entradas: un e-learning de calidad debe contar con la interacción total de formador y alumnos mediante algo similar a esto para ser algo más que e-reading; e iremos viendo cómo la comunicación en tiempo real va ganandocada vez más peso en la formación a distancia.

Pero sobre todo es importante porque supone que el negocio de la formación en internet deja de ser patrimonio exclusivo de las empresas. Cualquier individuo con conocimientos puede montar su curso, marcando las tarifas y proporcionando los materiales que considere oportunos. No dará un título respaldado por una entidad más o menos fiable, pero para quien le de más valor al aprendizaje que al papel es una alternativa muy a tener en cuenta.

Os dejo el video promocional que tiene la empresa en Youtube:

*Actualización: Buscando más detalles he descubierto otros portales, como Myngle.com o Lingueo.com, con la misma filosofía pero centrados en el campo de los idiomas.
La ventaja de la especialización está clara: un portal que ofrece profesores de una disciplina concreta permite un mejor control de calidad (si soy el único que ofrece un curso de, pongamos, técnicas de toma de decisiones, no hay con quién compararme, pero si se trata de una plataforma de cursos para la mejora personal, de habilidades directivas o similar, tendré competencia (que es un buen estímulo para perfeccionarse) y mis alumnos un criterio comparativo que pronto hace destacar a los buenos docentes.

Edúcame, Obi-Wan Kenobi…

En Todo BI veo el futuro cercano de la formación a distancia. Ya había leído acerca de una experiencia similar (una conferencia holográfica del Príncipe de Gales), pero es la primera vez que lo veo si no contamos Star Wars:

No es que sea revolucionario (y a juzgar por la descripción seguro que es caro: varias decenas de cámaras recogiendo datos de la presentadora y enviándolos a otras tantas que generan la imagen en el lugar donde se proyecta el holograma), porque es como una videoconferencia a lo grande, pero es muy muy llamativo. Me seduce la idea de dar cursos presenciales desde casa, pero sobre todo creo que su aplicación a la formación online llenará un campo que el videocasting cubre a medias.

Impartir una clase virtual puede hacerse en, por ejemplo, Second Life… pero un avatar no es lo mismo que un profesor de verdad, con sus gestos y su actitud presentes. Si hace unos días hablaba de que el formador suele quedar en segundo plano en el e-learning tal y como suele entenderse, estas experiencias me reafirman en la idea de que se pueden hacer las cosas mejor, y que además la tecnología que tenemos y la que tendremos lo piden a gritos.

Actualización: un análisis en CBC indica que los hologramas no eran tales, sino tomogramas (superposiciones de la imagen en la pantalla). Vamos, como un efecto especial, no una proyección en el espacio. Aunque no invalida la conclusión que comentaba (seguimos teniendo la videoconferencia, después de todo), no deja de ser una lástima. Paciencia.