Welcome, my friends, to the show that never ends

Quizá uno de los momentos más duros en el trabajo de un formador es el momento antes de que empiece una clase presencial. Aún no sabes a quién vas a tener delante, te surgen dudas acerca de lo preparado que vas, de si te funcionará el video, de si podrás seguir sin problemas en caso de que falle el cañón o el portátil…

Todos esos miedos se van diluyendo con el tiempo, pero nunca desaparecen del todo. Sólo hay una manera de conjurarlos con cierta garantía, y es mediante la preparación, el ensayo, las tablas y unas cuantas medidas que no debemos dejar de tomar jamás:

– Acude siempre con tiempo al lugar donde vas a impartir el curso. Yo recomiendo alrededor de una hora de adelanto, para presentarte a quien corresponda, montar tu portátil y demás aparataje, y tomarte algo tranquilamente mientras esperas a los participantes.

– Si es la primera vez que impartes formación allí, ve, llama o manda un correo electrónico un par de días antes para asegurarte de que tienen cañón y un lugar donde proyectar, enchufes (os aseguro que nunca se sabe), pizarra blanca con rotuladores que pinten, rotafolios o cualquier otro material que vayas a necesitar.

– Si vas a usar pizarra o rotafolios, lleva tu propio rotulador de repuesto.

Infórmate de la disposición del mobiliario, por si necesitas espacio para alguna actividad y no lo hubiera. En ese caso podrás cambiar de planes con tiempo.

No te apoyes totalmente en el ordenador. Además de tener la materia en la cabeza, lleva notas para recordar la estructura de los contenidos, y si piensas basarte en una presentación del portátil, prepara guías para los alumnos (equivalentes a los pantallazos más importantes) que poder fotocopiar y repartir en caso necesario. Si vas a poner un video, lleva una copia en cd por si las moscas.

– Asegúrate de que tu vestuario te permite quedarte en mangas de camisa si hace calor, o permanecer más abrigado si hace frío. Una ropa con la que estés a disgusto puede crearte inseguridad, y pasar frío o calor puede influir negativamente en tu estado de ánimo.

Ve al baño antes de que haya llegado nadie. Parece una chorrada, pero es el mejor momento y te puede evitar un apuro después.

Silencia el móvil.

– Prepárate para ir recibiendo a la gente. Entabla conversación informal con los que van llegando mientras esperas al resto. No te parapetes tras el ordenador ni salgas justo en ese momento a hacer cualquier otra cosa. No huyas, disfruta de conocer gente nueva o de reencontrarte con conocidos.

– Recuerda que los participantes están deseando que todo salga bien, así que de entrada los tienes a tu favor. Relájate y despliega tu habilidad.

The audience is listening…

Una de las competencias clave del formador es la capacidad para llevar a su audiencia, sus alumnos, por donde le interesa. Conducirles a determinadas conclusiones, a que se hagan y le hagan ciertas preguntas, a que intercambien opiniones, a que le escuchen con atención o a que se abra un debate que en apariencia surge espontáneamente, todo eso depende del manejo que el formador tenga de su discurso. Para aproximarme a esa maestría hay cuatro puntos clave que procuro no saltarme nunca:

– Preparación: Es imprescindible saber de qué se va a hablar, y documentarse aunque se trate de temas que manejamos con soltura, en previsión de esas preguntas inesperadas (pero siempre bienvenidas) que nos ponen en un aprieto. No es un crimen no saber una respuesta: es un fallo garrafal no traerla sabida y exponerla al día siguiente.
– Ensayo: No te aprendas un discurso de memoria (si te falla, estás perdido), pero sí es conveniente que practiques cuatro o cinco frases de introducción a los puntos más importantes, a las dinámicas y los ejercicios prácticos, y a los debates. Un muy buen método: ponte ante el espejo y prueba a ver qué tal suena, quedándote con lo básico, lo que no deberías saltarte. Esto es particularmente útil para la presentación del curso, al hablar de sus objetivos y de ti mismo como formador, e igualmente útil para el cierre, cuando despides a los alumnos, les das las gracias y les haces llegar tus impresiones generales sobre cómo ha ido todo.
– Seguridad: tu boca dice una cosa, pero tu cuerpo puede estar diciendo todo lo contrario. Vigila tu lenguaje no verbal, procura mantener la cabeza y el cuerpo erguidos pero no envarados, y los brazos relajados aunque gesticules con ellos. Los hombros sin tensión, y la mirada buscando los ojos de tus alumnos en todo momento. Un terapeuta que conocí decía que el secreto está en mantener el mentón elevado como si sostuviéramos bajo él un balón de rugby: ni uno de baloncesto, que nos da una imagen de prepotencia, ni una pelota de tenis, que nos achica ante el público.
– Naturalidad: Compórtate como si los asistentes al curso fueran conocidos de toda la vida. Trátales con respeto y manteniendo esa distancia profesor-alumno que reviste tus frases de cierto peso y autoridad, pero con la familiaridad suficiente como para acercarte a ellos y preguntarles por sus opiniones, sus pensamientos, sus vidas, y hacer chascarrillos ocasionales. Si te ven en tu salsa, se meterán en la propia.

Para rematar, os dejo un enlace a un manual práctico para hablar en público bastante exhaustivo colgado en la web 16.35CAN de Caja Navarra. No será la última vez que mencione este sitio porque tiene más de un recurso interesante, y os animo a que lo exploréis con detenimiento.

Este curso ya me lo han dado

A aquellos que habéis hecho algún curso impartido por una consultora, sea de lo que sea: ¿os suena este vídeo?:

Si no lo conocéis me dan ganas de felicitaros, porque es probablemente el fragmento más visto desde la escena del bar de Casablanca. Pertenece a una película llamada El año de la garrapata, y mi impresión es que ha circulado hasta la saciedad por todas las consultoras del ramo y por las manos de todo formador del país. Yo mismo la he usado hace tiempo en un par de ocasiones en las que venía bien (cursos de técnicas de venta), pero como alumno la he tenido que sufrir en cursos de motivación -que todavía tiene un pase-, resolución de conflictos laborales (¡!) y hasta en una conferencia de una hora durante la pasada Expomanagement, a la que uno va confiando en ver cosas nuevas…
Está claro que el vídeo puede dar que hablar para valorar los puntos fuertes y débiles de según qué técnicas de motivación y según qué estrategias de venta. Es lógico, por tanto, que los formadores echemos mano de él en cuanto se nos presenta la oportunidad. Sin embargo esto me sugiere que hay cierta tendencia a no elaborar demasiado algunas partes de las exposiciones, y no es raro que se recurra a un relleno fácil como este, venga a cuento o no. Dos reflexiones, por tanto:

Cuidado al recurrir a la web en busca de material para los cursos. Seguro que a alguien se le ha ocurrido antes, y si tus alumnos tienen ya un cierto nivel, es probable que lo hayan visto antes.

Sería interesante que hubiera algo más de feedback entre los profesionales de esto, y pudiéramos darnos cuenta, por ejemplo, de cuándo un recurso está demasiado quemado.

Hacer algo respecto a la última es una de los objetivos de este blog, pero procuraré hacerme eco de cualquier otra iniciativa interesante en ese sentido. Por supuesto, si sabéis de alguna (foros, wikis, publicaciones, listas de correo, otros blogs) tenéis toda mi atención.

* Actualización Junio 2009: ahora que el vídeo ha sido usado en una campaña de publicidad televisiva, se acabó lo que se daba. Si ya era repetitivo, ahora sería lisa y llanamente perder tiempo de formación mostrando algo que todos conocen.